La primera impresión de la película, sin haber oído apenas hablar de ella y menos aún visto animaciones de este tipo, fue de desconcierto. Sabía el tema sobre el que trataría la película, pero ver a los perros rabiosos con esos matices tan originales acompañados por esa música electrónica psicodélica me hizo saber que el director sabría como inquietarnos desde el principio.
Lo que más me ha llamado la atención de este “nuevo estilo” justamente en una película con esta temática es que quizá, a parte de querer dar un enfoque más atractivamente moderno para los jóvenes, también se pretende suavizar el crudo contenido que desarrolla. Esto se puede ver no sólo en la imagen sino también se refleja en las letras de algunas de las canciones que, acompañando escenas bélicas como primer plano, ironizan sobre la desesperante situación que van narrando.
Igualmente me han impactado las escenas en las que los tres soldados salen del agua (escena que aparece repetida en la película) en calma para encontrase con una noche silenciosa arropando un panorama de edificios destruidos y bolas de fuego cayendo del cielo a cámara lenta acompañadas por una melodía melancólica de violines.
Dejando lado la estética, me parecieron casi obligatorias las explicaciones de la psicóloga acerca del procesamiento de la información y de la memoria cuando el protagonista va a visitarla, aclaración que más adelante me hizo fijarme en muchos detalles que quizá hubiera pasado por alto, como por ejemplo el hecho de que Folman declarara que, de las pocas cosas que recordaba al principio, la mayoría de ellas no estaban relacionadas con la guerra, o con muertes, exceptuando los perros que tuvo que matar sin saber el porque. Las escenas más sangrientas que vivió en la guerra del Líbano quedaron relegadas al olvido como si el impacto hubiera sido tan fuerte que él mismo se prohibiera inconscientemente recordarlas, pero por otro lado recuerda perfectamente los permisos que le dieron o los momentos en la playa con sus compañeros.
También me ha sorprendido cuando, recordando uno de sus permisos, aparece en medio de su ciudad y ve como la vida sigue, poniendo en evidencia el fuerte contraste entre los que luchan en la guerra por un país y los ciudadanos, una mayoría que la mayoría de veces ni se siente implicada ni le importa. El contraste creo que está muy logrado porque esta escena sucede a otra bélica, de forma que podemos compararlo por nosotros mismos. Supongo que una de las intenciones del director, siendo él mismo el protagonista que vivió esa experiencia, es la de expresar lo inútil que cree que resulto esa guerra y mostrar el lado más crudo y absurdo a la vez, a través de un autoanálisis de todas sus conductas y, como acto de redención, queriendo enseñar al mundo sus errores para que los demás no los cometan.
Sin duda, lo mejor de la película es que él mismo protagonista sea el que haya escrito y dirigido todo el film, dejando de lado lo que pueda pensar el espectador sobre sus actuaciones en el pasado para crear un documento, no sólo biográfico, sino también crítico con él mismo y como herramienta para educar en valores a través de la propias reflexiones que pretenden generarnos.
También quiero hacer referencia la escena en la que los compañeros de batallón de Folman lo abandonan mientras éste está siendo tiroteado y huyen. Al cabo de más de un día, cuando sobrevive y consigue llegar hasta sus compañeros después de un viaje surrealista por el mar, en vez de estar profundamente enfadado con ellos por abandonarlo, se siente culpable él por no haber muerto (inútilmente) por su nación. Yo creo que lo que el director nos quiere mostrar es ese “lavado de cerebro” que sufrió (y sufren) en el ejército, a través de una situación con la que no podemos empatizar.
Haciendo una valoración más general afirmo que me gustó y me sorprendió, pero a modo de crítica pienso que quizá hubiera sido más impactante ser más directo y más duro con las imágenes, aunque entonces talvez hubiera sido otra película más sobre otra guerra y hubiera pasado desapercibida. Y para terminar, decir que el final de la película, momento en el que salen imágenes reales de cadáveres muertos en el exterminio mientras reina el silencio, es un final perfecto para dejar unos instantes de reflexión y de pensar en todo lo que hemos visto durante la última hora y media.
Joel R.
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